martes, 15 de julio de 2014

En Cartagena el pandillismo y la violencia dañan los goles

 Por: Libardo Muño

Todas las brillantes victorias de Colombia en el Mundial de Futbol de Brasil, han sido aprovechadas de manera impune por pandillas de atracadores, motorizados, borrachos sin control, en todos los puntos de Cartagena, para implantar una ola de violencia y de robos que tiene a la comunidad con los pelos de punta.

Lo peor ocurrido hasta ahora sucedió al finalizar el partido que Colombia ganó a Japón, pues Cartagena vivió un estallido de agresiones sin sentido que nada tienen que ver con el deporte y que provocaron un desajuste colectivo de miedo, pocas veces visto.



El transporte público se paralizó y esto agravó la situación.


Ríos de motociclistas borrachos se tomaron todas las arterias de Cartagena, algunos sujetos exaltados disparaban y una señora dentro de su casa recibió un tiro en la cara y por fortuna ya no corre peligro su vida.


Fachadas y vitrinas de almacenes fueron reventadas a palo y piedra y a las personas del común, ciudadanos indefensos no les quedó otro camino que refugiarse donde pudieron o en sus casas.


El consumo desmedido de licor en toda Cartagena y la presencia de otros estimulantes provistos por el narcotráfico urbano, hicieron aflorar un resentimiento social y un comportamiento que habla por sí solo, de la mala calidad de la educación colectiva que campea en una ciudad promocionada como centro histórico y turístico internacional.


Sin excepción todos los estratos urbanos de Cartagena están lamentando hoy que hasta para festejar las victorias de los muchachos de Pekerman, salidos de barrios y pueblos humildes, tengan los cartageneros que encerrarse en sus casas, bajo medidas que más parecen recomendadas para un Estado de Sitio.



Foto el Universal

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