martes, 29 de junio de 2010

La alcaldía de Cartagena es impotente ante la corrupción en la salud privatizada


Por Libardo Muñoz

Una crisis social sin precedentes

La alcaldesa de Cartagena, Judit Pinedo, tuvo una lamentable intervención pública frente a la comunidad enardecida de esta ciudad, al día siguiente de la tragedia humanitaria vivida por una mujer de 43 años que murió en la vía pública por falta de atención médica en la llamada "ESE Cartagena de Indias".

La señora Pinedo ha sido fuertemente criticada en diversos estratos sociales por la expresión usada ante la comunidad en una especie de asamblea popular en la que tuvo que comparecer: "Estor mamada de la ESE Cartagena de Indias", dijo la alcaldesa como si estuviera aún en campaña electoral y no dispusiera de todo el poder que le otorga el hecho de ser la primera autoridad del Distrito Turístico y Cultural, obtenido con una votación importante.

Para muchos ciudadanos del común, es la alcaldesa y nadie más, quien puede con un decreto, anular la corrupta contratación que impera en la salud distrital disfrazada con varias siglas que han terminado por confundir aún más a una comunidad empobrecida y marginada a límites obscenos, mientras en los festejos de la pequeña burguesía dominante, se derrocha alcohol y viandas preparadas en los restaurantes excluyentes de la zona turística.

El papel del Concejo Distrital de Cartagena tampoco se hace presente en esta situación, lo mismo que las juntas administradoras locales ni las veedurías que parecen simples adornos de una democracia que no existe.

Se ve a las claras en este triste episodio de la señora fallecida en la vía pública, que hay dos Cartagenas, la que vive de manera opulenta, pegada a la contratación y a la falta absoluta de control y la que tiembla de pavor cuando cae sobre la ciudad un aguacero de quince minutos que termina por derribar sus techos, o cuando se enferma alguno de los integrantes de la familia.

Cartagena está viviendo el que sin duda es el peor momento de su atraso social, con un desempleo que sobrepasa el 14%, con los barrios plagados de pandillas juveniles y con un elevado número de muchachos que no tienen más oportunidad que la de buscarse una moto para ejercer el mototaxismo, en el menos grave de los casos.

Las páginas judiciales de la prensa amarilla local, donde se practica un periodismo machacón que no analiza ni propone salidas, destaca cada día los asesinatos y los atracos que se suceden de manera alarmante, con grandes titulares que le garantizan su venta pues su circulación está basada en el morbo colectivo por el mal ajeno.

La primera autoridad de la ciudad ni sus colaboradores, se atreven a llamar las cosas por su nombre en la crisis de la salud colectiva, resultado del enorme negocio de la privatización en el cual el paramilitarismo y la politiquería tradicional están dándose el gran banquete de todos los tiempos.

Simultáneamente con la angustia del pueblo de Cartagena, prosperan los negociados de la finca raíz con las tierras del norte, donde se están construyendo actualmente más de 20 mil casas, a la orilla del mar, a precios que sólo el narcotráfico puede pagar.

lunes, 28 de junio de 2010

En Cartagena los enfermos pobres mueren en la puerta de los hospitales


Por: Libardo Muñoz
El jueves 24 de junio a las 7 de la mañana, la señora Viviana Carrillo Liñán, de 43 años de edad, murió en el andén frente a la entrada de la clínica ESE de Cartagena, situada en la zona suroriental de la ciudad, corazón de la pobreza y bastión de "programas en acción".

Durante casi una hora, familiares de la fallecida clamaron angustiados por primeros auxilios y obtuvieron como respuesta que no tenían médicos para atenderla.

La escena desgarradora de la señora Viviana Carrillo Liñán, muerta en el piso después de unas convulsiones terribles, cubierta con una precaria sábana, provocó llanto y desconcierto entre testigos y familiares, pero cuando pasaron varios minutos una turba enfurecida estuvo a punto de destruir las instalaciones de la ESE. Siga..